Por Anibal Cedrón
Acaba de concluir la muestra individual de una oyente consecuente de Muy bueno el Programa, Cecilia Bergoboy, titulada Huella del Palmar, en el Museo de arte popular José Hernández, en la ciudad de Buenos Aires. Cuando leí por rutina la gacetilla de prensa del Museo que la anunciaba, al principio no me sorprendía en nada, era una exposición más. Fue el subtítulo de la exposición que de pronto me atrajo: “una visión desde la ceguera”, y entonces el título de la exposición me resultó por demás sugestivo, Huella del palmar, porque Cecilia a través del tacto es que puede no sólo leer sino tener “una visión desde la ceguera”.
Antes de continuar sobre Cecilia, quisiera reflexionar sobre la auténtica magia de dar forma al barro, a la cerámica como ella hace tan bellamente – deacuerdo a las fotografías que reproducen sus esculturas y sus piezas cerámicas y que observé en su sitio -.
Hace una década atrás al fundar en el Centro Cultural de la Cooperación el departamento referido a nuestras artes lo bauticé como Departamento de Ideas Visuales; era un entusiasta introductor de modificar el nombre tradicional de artes plásticas, para incluir los nuevos soportes que aportaba la revolución tecnológica, en particular por el sistema de reproducción masiva de imágenes. Pero hace unos años comencé a arrepentirme. ¿Por qué? Si bien la vista es el sentido que sincretiza a los demás, sin embargo, no podemos percibir visualmente una cosa sin tocarla. Ese sentido que estructura nuestra visión, ver y tocar – como pasa con los bebes- se llama sentido háptico. Por otra parte, en el mundo occidental la arquitectura y la escultura fueron determinantes en el desarrollo del sistema de reproducción imitativa de la naturaleza y de la figura humana; por eso el nombre de artes plásticas es tributario de la escultura.
La trayectoria de Cecilia y su relato al respecto, nos puede revelar cómo llegó a poder manifestarse a través de la cerámica.
A poco de dar luz a su hijo, metáfora cruel del destino comenzó a quedar ciega. Así nos cuenta que: “Inexorablemente, iba perdiendo la visión. día tras día mi imaginación iba supliendo la imagen. Fantasmas viejos y nuevos invadían mi cotidianeidad. Un duelo persistente transcurrió durante algunos años: era mi llegada lenta a la ceguera. A su paso el tiempo restaña, un punto de luz se multiplica y la vida puja por expresarse a través de mí y más allá.
A fines de 1998 visité el taller del maestro Ricardo Taka Oliva y él observó la forma en que apreciaba sus trabajos. Así fue como a partir de una invitación suya comencé a asistir a sus clases de modelado y alfarería, durante siete años.
El protagonismo lo tuvo el gesto, las huellas y los sellos, las improntas de los dedos, y luego semillas y hojas de árboles y plantas. Estos elementos introducían una decoración que podía disfrutar y reconocer.
A partir de un curso de escultura para personas ciegas realizado en el año 2004 en el Centro C. Borges, sentí con fuerza la necesidad de plasmar mis sensaciones sobre la figura humana. Mis dedos pasaban por la arcilla reconociendo movimientos, vértebras y músculos, a los que estaba familiarizada a causa de mi práctica de ladigitopuntura japonesa. “
Más adelante nos comenta: “Me completa integrar partes de plantas a mis figuras, y unificarlas a la arcilla. Imagino la posibilidad de que nazcan nervaduras en el gesto de la humanidad terrestre. Me sigue interesando el encuentro entre la arcilla y mis manos, la impresión del laberinto de mis huellas y el instante infinito e inesperado que gobierna mi hacer sobre el barro, quitándome todo protagonismo. Busco-espero, abierta, de poros abiertos con el propósito de permitir el paso de ese Conocimiento desconocido”.
Antes de despedirme quiero invitarlos al blog que abrió con tanto acierto la producción de Gustavo Lema y Valentina y que son una prolongación eficaz del programa. Así podrán encontrar en él información sobre muestras que invito a visitar, direcciones y horarios de museos y espacios de arte, y también sitios web para ver imágenes de obras o leer notas que amplían los temas de esta columna.
¡Hasta el próximo domingo, en Muy bueno el Programa!
Avenida del Libertador 2373
Buenos Aires
(0)11 4802 9967
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario