domingo, 3 de junio de 2012

Columna de Historia de la Música Nº 9



Les presentamos a Carl Philipp Emanuel Bach (1714 – 1788), hijo del más grande entre los grandes y uno de los compositores más importantes de la transición entre el Barroco y el Clasicismo.



Desde nuestro punto de vista actual, el apellido Bach tiene un peso y una importancia histórica incomparables debido, obviamente, a las hazañas musicales de Johann Sebastian. De los nueve hijos de Bach (otros once murieron prematuramente), cuatro fueron compositores. El mayor de ellos, Carl Philipp Emmanuel, tuvo una carrera descollante que lo convirtió en uno de los compositores más importante de la transición hacia el período que actualmente denominamos “clásico” (es decir, desde mediados del siglo XVIII hasta comienzos del siglo XIX). En Berlín trabajó como intérprete y compositor durante casi 30 años al servicio de Federico el Grande de Prusia, un monarca con aptitudes musicales y, según dicen, gustos marcadamente conservadores – que, sin embargo, tuvo en su corte a uno de los compositores más osados de su generación –. Otros 20 años como director de música en la ciudad de Hamburgo completan la carrera de un músico que fue admirado por gente de la talla de Mozart, Haydn y Beethoven. Hemos tenido el gusto de presentarles en nuestro programa dos movimientos de sinfonías para cuerdas y bajo continuo del gran C.P.E. Bach. Aquí vamos con la primera : 






Las sinfonías de C.P.E. Bach, así como su música para teclado, son una fuente asombrosa de sorpresas musicales. Su estilo habitualmente se engloba en el denominado “Empfindsamer Stil” (la difícil traducción podría ser “estilo de la sensibilidad”) del cual fue algo así como su principal promotor. Este movimiento fue un claro antecesor de lo que en el siglo XIX terminó siendo el Romanticismo, esa corriente de pensamiento que valoró ante todo la emoción por sobre la razón. La osadía de los recursos empleados por Carl Philipp fueron asombrosos : los cambios de carácter bruscos, los giros inesperados de todo tipo y la expresividad desbordante influirían enormemente no solo en los popes del período clásico sino en el curso de la historia de la música europea a partir de entonces. En este sentido, la frase mozartiana que lo describe diciendo que “él es el padre y nosotros los hijos” no es para nada exagerada. Al igual que en muchos otros casos a través de los siglos, la obra de este compositor sigue mereciendo un mayor reconocimiento por parte del gran público. Como pequeño granito de arena para esta causa, les presentamos otro movimiento de sinfonía, como para dar una idea de las dotes expresivas de este hombre :






Esperamos que disfruten del material, ¡hasta la próxima!

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