domingo, 24 de junio de 2012

Columna de Historia de la Música nº 12




Hoy les presentamos a Paul Hindemith (1895 – 1963), excelente compositor, multiinstrumentista, teórico, modernista y defensor de la tradición a la vez; una figura de peso en la historia de la música occidental del siglo XX…


Para todos aquellos que estudiamos música en un conservatorio, el nombre de Hindemith se volvió extremadamente familiar ya desde el comienzo de nuestras carreras. Su clásico “Adiestramiento elemental para músicos” ha sido libro de cabecera para generaciones enteras de estudiantes hasta el día de hoy. Considerado como el compositor alemán más importante surgido después de la primera guerra mundial, Hindemith dio muestras de un talento extraordinario como multiinstrumentista y uno de los compositores más prolíficos del siglo XX. En la década del 20, luego de una fase temprana de rasgos postrománticos, su nombre saltó a la palestra gracias a un tríptico de óperas con fuerte contenido sexual (una de las cuales, Sancta Susana, causó un  revuelo considerable). Además, su estilo adquirió varias de las características que lo definirían a lo largo de su carrera : en particular una actitud fuertemente antirromántica que sin embargo no se privó de utilizar muchos de los elementos de la tradición musical europea resignificados en un contexto claramente modernista. La influencia de la música popular fue algo natural en un compositor que mostró un gran interés por el rol de la música como actividad social y dedicó una parte de su producción a las obras para aficionados y estudiantes.
En 1937 publica “El arte de la composición musical”, un tratado teórico que no solamente busca explicar los elementos de sus últimas composiciones hasta ese momento, sino que además influye en las que vinieron a continuación, confirmando un cambio estilístico que dio gran énfasis a la claridad por sobre la complejidad. Esto no  impidió, sin embargo, que tuviera exiliarse a partir de 1938; muchas de sus obras ya  habian sido etiquetadas como “arte degenerado” por los nazis y el clima era obviamente irrespirable. Norteamérica y Suiza fueron su hogar en las décadas del ´40 y del ´50 respectivamente, durante las cuales terminó de consolidar su fama como gran representante de la modernidad alemana y teórico de importancia capital.
Hoy en el programa tenemos el gusto de presentarles dos movimientos breves de conciertos para distintos instrumentos. En la cortina, presentamos el primer movimiento de la Kammermusik (Música de cámara) nº 2, que es propiamente un concierto para piano y 12 instrumentos : 






Kammermusik (Música de cámara) es el austero título que Hindemith dio a partir de 1922 a un ciclo de 7 composiciones para diversos conjuntos instrumentales, casi todas con la presencia de un instrumento solista, que muestran plenamente la potencia de su estilo temprano. Los hallazgos de Hindemith en esta época se corresponden con el denominado “neoclasicismo”, aquella vuelta de tuerca a ciertos conceptos de la tradición clásica europea que si bien suele adjudicarse sin más al omnipresente Igor Stravinsky (1882-1971), ya era evidente a principios de la década anterior en la obra de compositores como Bela Bartók (a quien ya tuvimos como invitado en esta columna) o Sergei Prokofiev (de próxima aparición en nuestro espacio).
A continuación les presentamos el vertiginoso primer movimiento de la Kammermusik nº 1 para un conjunto instrumental heterogéneo que incluye de manera prominente  la intervención de un acordeón cromático (es decir, que puede tocar sin dificultad todas las notas exigidas por el autor), toda una novedad para la época :






Desde ya, esperamos que disfruten del material. ¡Hasta la próxima!



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