Hoy les presentamos a Paul Hindemith (1895 – 1963),
excelente compositor, multiinstrumentista, teórico, modernista y defensor de la
tradición a la vez; una figura de peso en la historia de la música occidental
del siglo XX…
Para todos aquellos que
estudiamos música en un conservatorio, el nombre de Hindemith se volvió
extremadamente familiar ya desde el comienzo de nuestras carreras. Su clásico
“Adiestramiento elemental para músicos” ha sido libro de cabecera para
generaciones enteras de estudiantes hasta el día de hoy. Considerado como el
compositor alemán más importante surgido después de la primera guerra mundial,
Hindemith dio muestras de un talento extraordinario como multiinstrumentista y
uno de los compositores más prolíficos del siglo XX. En la década del 20, luego
de una fase temprana de rasgos postrománticos, su nombre saltó a la palestra
gracias a un tríptico de óperas con fuerte contenido sexual (una de las cuales,
Sancta Susana, causó un revuelo
considerable). Además, su estilo adquirió varias de las características que lo
definirían a lo largo de su carrera : en particular una actitud fuertemente
antirromántica que sin embargo no se privó de utilizar muchos de los elementos de
la tradición musical europea resignificados en un contexto claramente
modernista. La influencia de la música popular fue algo natural en un
compositor que mostró un gran interés por el rol de la música como actividad
social y dedicó una parte de su producción a las obras para aficionados y
estudiantes.
En 1937 publica “El arte de la
composición musical”, un tratado teórico que no solamente busca explicar los
elementos de sus últimas composiciones hasta ese momento, sino que además
influye en las que vinieron a continuación, confirmando un cambio estilístico
que dio gran énfasis a la claridad por sobre la complejidad. Esto no impidió, sin embargo, que tuviera exiliarse a
partir de 1938; muchas de sus obras ya habian sido etiquetadas como “arte degenerado”
por los nazis y el clima era obviamente irrespirable. Norteamérica y Suiza
fueron su hogar en las décadas del ´40 y del ´50 respectivamente, durante las cuales
terminó de consolidar su fama como gran representante de la modernidad alemana
y teórico de importancia capital.
Hoy en el programa tenemos el
gusto de presentarles dos movimientos breves de conciertos para distintos
instrumentos. En la cortina, presentamos el primer movimiento de la Kammermusik (Música de
cámara) nº 2, que es propiamente un concierto para piano y 12 instrumentos :
Kammermusik (Música de cámara) es
el austero título que Hindemith dio a partir de 1922 a un ciclo de 7
composiciones para diversos conjuntos instrumentales, casi todas con la
presencia de un instrumento solista, que muestran plenamente la potencia de su
estilo temprano. Los hallazgos de Hindemith en esta época se corresponden con
el denominado “neoclasicismo”, aquella vuelta de tuerca a ciertos conceptos de
la tradición clásica europea que si bien suele adjudicarse sin más al
omnipresente Igor Stravinsky (1882-1971), ya era evidente a principios de la
década anterior en la obra de compositores como Bela Bartók (a quien ya tuvimos
como invitado en esta columna) o Sergei Prokofiev (de próxima aparición en
nuestro espacio).
A continuación les presentamos el vertiginoso primer movimiento de la Kammermusik nº 1 para
un conjunto instrumental heterogéneo que incluye de manera prominente la intervención de un acordeón cromático (es
decir, que puede tocar sin dificultad todas las notas exigidas por el autor),
toda una novedad para la época :Desde ya, esperamos que disfruten del material. ¡Hasta la próxima!
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