Guillaume Dufay (¿1397? – 1474)
Si uno recorre hacia atrás la
historia de la música, a medida que se aleja del siglo XVIII, los nombres bien
conocidos de las grandes luminarias – llámense Bach, Mozart o Beethoven – comienzan
a dejar lugar a otras figuras que no por menos conocidas en la actualidad dejan
de tener una importancia fundamental en el desarrollo de este arte. Guillaume
Dufay es uno de esos nombres. Su figura se alza, junto con la de Gilles
Binchois (futuro invitado de esta columna), como una de las fuerzas motoras de
la transición entre la Edad Media
y el Renacimiento musical. Considerado en su época como una eminencia musical
cuyo trabajo fue copiado en forma manuscrita y difundido por toda Europa, Dufay
estuvo vinculado con algunas de las familias más poderosas de Italia y el
Ducado de Borgoña (que incluía el noroeste de Francia, Bélgica y los Países
Bajos), además del Vaticano. Ordenado sacerdote probablemente en 1427, a partir de 1439 se
dedica, además de la composición, principalmente a sus actividades de canónigo
- tan dispares como ocuparse de litigios legales, organizar el inventario de
una catedral o dirigir una expedición de tala de árboles (!) - .
En la cortina de nuestra columna
les presentamos una canción escrita en 1423 para una boda de la nobleza
italiana : el casamiento de Carlo Malatesta y Vittoria Colonna (sobrina de un papa,
dicho sea de paso). Esta obra es una Ballade, un tipo de forma poético-musical
proveniente de la Edad Media
a la que Dufay supo infundir nueva vida.
El texto lo dice todo :
Despertad y sed
felices,
amantes que amáis la nobleza :
gozad, huid de la melancolía;
no os canséis de servir bien,
pues hoy serán los desposorios,
con gran honor y noble compañía.
Noble Carlos, que
es llamado Malatesta.
Él ha escogido
una dama, bella y buena,
por la cual será honrado grandemente,
porque viene de un linaje muy noble
de barones que son de gran renombre;
su mismo nombre es Victoria,
y es hija de los Colonna;
es justo, pues, que solicite
llevar una buena vida con esta dama.
Noble Carlos, que es
llamado Malatesta.
Luego de Resvellies Vous, aquí
tenemos otra excelente ballade de Dufay, también escrita, probablemente en 1425,
para una boda de la familia Malatesta. La primera letra de cada verso del poema
original, con excepción del último, forman el acróstico ISABETE, probable
referencia a la novia, Elisabetta Malatesta.
En primer lugar presentamos la
versión vocal, a tres voces, tal cual se conserva escrita. El estilo poético
del llamado “amor cortés”, que Dufay – aún siendo sacerdote – cultivó con asiduidad de manera extraordinaria,
queda ejemplificado a la perfección con el texto de esta canción :
He dispuesto mi corazón y mis pensamientos
(debieras saber que es la pura verdad)
para servirte, honorable señora,
bella, buena, de rostro claro y dulce,
y juro con solemne voto
que mientras dure mi cuerpo
en todos lados diré verdaderamente
que tú eres la más grande belleza.
Además, les mostramos una versión instrumental, lo cual era una práctica habitual de la época. La elección de los instrumentos es, claro está, especulativa, así como el arreglo, que muestra una buena dosis de imaginación de parte los intérpretes.
Esperamos que disfruten del material, ¡hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario